
Armonía con la Naturaleza

La Asamblea General ha reconocido ampliamente que el agotamiento mundial de los recursos naturales y la rápida degradación del medio ambiente son el resultado de los patrones de consumo y producción insostenibles que han conducido a consecuencias adversas, tanto para la Tierra como para la salud y el bienestar general de la humanidad. La comunidad científica ha documentado evidencias de que nuestra forma de vida actual, en particular, nuestros patrones de consumo y producción, han afectado gravemente a la capacidad de carga de la Tierra.
La pérdida de la biodiversidad, la desertificación, el cambio climático y la interrupción de una serie de ciclos naturales son algunos de los costos de nuestro desprecio por la naturaleza y la integridad de sus ecosistemas y procesos que sustentan la vida. Este trabajo científico sugiere, que una serie de límites planetarios están siendo transgredidos y otros están en riesgo de serlo en un mundo como el de ahora. Desde la revolución industrial, la naturaleza ha sido tratada como una mercancía que existe en gran parte para el beneficio de la gente, y los problemas ambientales se han considerado como solucionables a través del uso de la tecnología. Con el fin de satisfacer las necesidades básicas de una población en crecimiento dentro de los límites de los recursos finitos de la Tierra, hay una necesidad de diseñar un modelo más sostenible para la producción, el consumo y la economía en su conjunto.
La elaboración de un nuevo mundo requerirá una nueva relación con la Tierra y con la propia existencia de la humanidad. Desde 2009, el objetivo de la Asamblea General, al aprobar sus cinco resoluciones sobre "Armonía con la Naturaleza ', han sido definir esta relación recién descubierta en base a una relación no antropocéntrica con la Naturaleza. Las resoluciones contienen diferentes perspectivas sobre la construcción de un nuevo paradigma, no antropocéntrico en el que la base fundamental para la acción se basa no sólo en las preocupaciones humanas. Un paso en esta dirección se reafirmó aún más en el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (2012), titulado "El futuro que queremos":
"Reconocemos que el planeta Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y que la Madre Tierra es una expresión común en varios países y regiones, y tomamos nota de que algunos países reconocen los derechos de la naturaleza en el contexto de la promoción del desarrollo sostenible”.
http://www.harmonywithnatureun.org/
Foto: María Teresa Vázquez Contreras
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