Cómo se trabaja en un edificio verde

En la nueva sede de Isagén, en Medellín, la energía proviene de paneles solares, los baños funcionan con agua lluvia, el clima interior se regula de forma natural y los empleados tienen salas de relajación.
Edificio verde en Medellín, Colombia.

El nuevo edificio de Isagén, en Medellín, abarca 25.000 metros cuadrados en 14 pisos. Tiene más ventanas y paredes de vidrio que cemento, lámparas externas que funcionan con paneles solares y ascensores que generan con su propio movimiento la energía que requieren. La construcción, que tuvo una inversión cercana a los $115.000 millones, fue erigida con estándares de construcción verde: “sostenibilidad, conciencia de ciudad y empresarial e impactos medioambientales mínimos”.

Ocho meses después de su inauguración, Luis Fernando Londoño, gerente administrativo de la compañía, explica cómo ha sido trabajar en este espacio: “La gente cree que los edificios verdes sólo tienen consideraciones ecológicas, pero más allá de eso hemos logrado transformar los comportamientos de quienes habitamos el edificio: reciclamos, ahorramos papel y buscamos alternativas para contaminar menos”.

Esta edificación tiene unas persianas que se autorregulan para que entre la mayor cantidad de luz en el día, sin afectar el clima interior. Su sistema de aire acondicionado no está en el techo, como suele ser, sino en el suelo, para que sea más eficiente. El riego de pastos y plantas se hace con aguas lluvias, reduciendo el consumo del líquido en 69%, y los orinales usan una décima parte del galón usual que descargan.

También se estableció un plan para que el 96% de los desechos y residuos generados por la construcción y operación del edificio pueda reciclarse y sólo el otro 4% se destine a un relleno sanitario. Además, hay una sala de videojuegos y otras dos de relajación para hacer pausas necesarias durante la jornada laboral.

Desde la etapa de diseño el proyecto se encuentra inscrito ante el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos como candidato a obtener la certificación LEED (Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental, sigla en inglés) en categoría Plata, distinción que se otorga a quienes cumplen determinados estándares de construcción en materia ambiental. Londoño espera que el certificado se entregue en el último trimestre de 2013.

Aunque a corto plazo los costos de construcción de un proyecto LEED son mayores si se comparan con los de un proyecto de construcción tradicional, Luis Fernando Londoño señala que una compañía que se hace cargo por convicción y responsabilidad de sus impactos ambientales “nunca pierde”. Asegura que después del quinto mes hay un retorno en la inversión que dura entre uno y dos años.

Fuente: ElEspectador.com