La importancia de la protección de las playas

Las playas son una parte importante de la vida de todos los seres vivos. Además de la amplia gama de oportunidades recreativas que ellas ofrecen, las playas proveen hábitats singulares para una variedad de plantas y animales. Las playas proveen protección a los residentes que viven cerca del océano al servir de amortiguador de los fuertes vientos y oleaje de las tormentas poderosas, y al ayudar a fomentar la actividad económica importante para las comunidades cercanas.

Sin embargo, la contaminación de la playa puede resultar en que los nadadores se enfermen o las playas sean cerradas temporalmente, lo cual afecta adversamente la economía local. Además, el número excesivo de visitantes podría perjudicar los hábitats sensitivos, tales como en las dunas de las playas, así como generar basura marina. Las buenas nuevas son que podemos ayudar a proteger nuestras playas y nuestra salud.

¿Qué es una playa?

Una playa es la orilla de un cuerpo de agua que tiene arena, piedritas o rocas. Los tipos de playas varían considerablemente, en especial según la ubicación. Cuando pensamos en una playa, la mayoría imagina una amplia playa oceánica con arena, plantas acuáticas y dunas en el fondo, donde rompen las olas, sopla el viento y vuelan gaviotas en lo alto.

Sin embargo, en los Estados Unidos también hay playas en zonas urbanas, estuarios, lagunas, lagos y ríos. Una playa también es un medio delicado que alberga diversas plantas y animales.

¿Por qué son importantes las playas?

Las playas ofrecen muchas oportunidades de recreación para millones de personas. Quienes van a la playa disfrutan de navegar, pescar, nadar, caminar, recolectar objetos, observar aves, jugar y tomar sol, entre otras actividades. Las playas sirven de protección a los residentes que viven cerca del mar, ya que actúan como defensa contra fuertes vientos y olas provocados por las tormentas o el mar agitado.

Las playas también tienen un papel importante en la economía. Disfrutar de las playas oceánicas es una de las actividades al aire libre basadas en la naturaleza que más está creciendo en los Estados Unidos. Según la Encuesta Nacional sobre Recreación y Medio Ambiente de 2008, cerca del 42 % de las personas de 16 años o más visita una playa oceánica cada año.

La salud de las playas

La contaminación de las costas limita la posibilidad de utilizar las playas con fines económicos, recreativos y estéticos. La contaminación también degrada y destruye hábitats de playa únicos que son utilizados por animales y plantas. La contaminación puede proceder de las descargas directas, la basura u otras fuentes dentro de las cuencas costeras que drenan hacia la playa.

El uso abusivo de las playas puede causar el deterioro gradual del hábitat. Demasiado tráfico a pie podría erosionar las dunas y destruir la vegetación. El tráfico de embarcaciones cerca de la costa también puede provocar la erosión de las playas por acción de las olas.

Los medios costeros y oceánicos, como las playas, son especialmente vulnerables al cambio climático. El aumento del nivel del mar es un problema que ya afecta las costas y los océanos. Los hábitats de las zonas costeras, como playas, humedales y estuarios, corren el riesgo de inundarse o ser erosionados y podrían perder la capacidad de mantenerse si el aumento del nivel del mar sigue acelerando.

Salud humana en la playa

Nadar en playas donde el agua o la arena están contaminadas puede causar enfermedades. Los niños, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios débiles son los más propensos a contraer enfermedades o infecciones por entrar en contacto con agua contaminada mientras nadan.

La mayoría de los nadadores se exponen a agentes patógenos de transmisión hídrica cuando tragan el agua. La enfermedad más común que podemos contraer cuando nadamos en aguas contaminadas por aguas residuales es la gastroenteritis. Esta enfermedad aparece de diversas formas y puede presentar uno o más de los siguientes síntomas: náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea, dolor de cabeza o fiebre. Solo el contacto del agua contaminada con la piel o los ojos puede provocar una infección. En algunos casos aislados, los nadadores podrían contraer enfermedades o infecciones si tienen una herida abierta que entra en contacto con el agua contaminada. Usted tendrá menor riesgo de enfermarse si camina o nada con la cabeza fuera del agua.

Afortunadamente, aunque las enfermedades que se contraen al nadar son desagradables, en general no soy muy graves; algunas no precisan tratamiento o solo un tratamiento simple, suelen verse mejorías rápidas luego del tratamiento y no tienen consecuencias en la salud a largo plazo. Sin embargo, no solo podemos contraer enfermedades en la playa cuando nadamos. Un almuerzo no refrigerado de manera adecuada podría ser causante de una intoxicación alimentaria, que tiene algunos de los mismos síntomas que las enfermedades que contraemos al nadar, como dolor de estómago, náuseas, vómitos y diarrea.

Seguridad en la playa

Preste atención a los carteles de clausura, advertencia y seguridad en la playa. En zonas que no se monitorean asiduamente, escoja para nadar las áreas con menos construcciones y mejor circulación del agua, como las playas oceánicas. Evite nadar en playas donde puede ver tubos de descarga o en playas urbanas después de una lluvia fuerte.

https://espanol.epa.gov/espanol/la-importancia-de-la-proteccion-de-las-playas

Foto: María Teresa Vázquez Contreras