La situación límite del planeta y su relación con la ayuda humanitaria

19 de agosto Día internacional de la Asistencia Humanitaria. Nuestra generación es la primera que está en disposición de erradicar la pobreza, pero también en poder impedir los peores impactos del cambio climático

Todos los años, millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares a causa del cambio climático. Según datos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), la cifra podría llegar a alcanzar los 150 millones en el año 2050. El pasado 13 de agosto, la humanidad había gastado ya los recursos naturales que el planeta es capaz de reponer en un año. El sistema aprieta las tuercas a una naturaleza que no es capaz de recuperarse. Los daños son irreversibles, especialmente para la población más vulnerable.

Como recordó Ban Ki-moon a principios de año, nuestra generación es la primera que está en disposición de poner fin a la pobreza, pero también es la última que puede tomar medidas para impedir los peores impactos del cambio climático. Las agendas de desarrollo humano y protección del medio ambiente están íntimamente relacionadas, pero la convergencia no se limita al tema de la gestión sostenible de los recursos. Esta convergencia se extiende también a la incidencia que los problemas medioambientales tienen en las crisis humanitarias. Por eso en el Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, reflexionamos sobre la relación entre cambio climático y riesgo de desastres, conscientes de que una gestión adecuada de este reto es vital para un desarrollo sostenible y duradero.

La relación entre el calentamiento global, la sobreexplotación de los recursos naturales y las crisis humanitarias es a estas alturas un hecho innegable. Desde diferentes ámbitos, sociales, científicos y gubernamentales así se reconoce desde hace tiempo. Ya en 2009, la ONG internacional CARE reflexionaba sobre las implicaciones humanitarias del cambio climático; los fenómenos naturales extremos son cada vez más intensos, más frecuentes, menos predecibles y de mayor duración. El riesgo de desastres ha aumentado considerablemente en todo el planeta, pero especialmente en aquellas zonas con altos niveles de vulnerabilidad humana. Regiones que, paradójicamente, son las que menos contribuyen a esa crisis ecológica mundial.

http://elpais.com/elpais/2015/08/18/planeta_futuro/1439897703_523592.html

Foto: OMAR HAVANA (GETTY IMAGES)